Voces desde el Museo de las Constituciones

Derecho de los animales II. El maltrato animal es un foco rojo

  • 7 de cada 10 animales domésticos sufren de algún tipo de maltrato
  • Tan solo en la Ciudad de México fueron hechas 1,850 denuncias de maltrato animal durante 2019
  • La detección temprana de comportamientos crueles hacia los animales puede prevenir actitudes violentas

Autor: MUCO

Según datos estadísticos presentados por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), México se encuentra en la tercera posición del maltrato animal a nivel latinoamericano, lo que no solo representa un alto grado de violencia, sino que también muestra la clara postura de muchos de los habitantes de este país, la mayoría, guiados por un comportamiento de arrebato y crueldad en cuanto al cuidado de los animales de compañía. No digamos los que no comparten el hogar, en los cuales se piensa poco.

Para dar una idea más precisa, podemos decir que 7 de cada 10 animales domésticos sufren de algún tipo de maltrato. En este México nuestro, más del 70% de los perros se encuentra en una situación de calle, mientras que para el caso de los gatos es más del 60%. La adopción de perros y gatos únicamente ha aumentado un 11% en el último año. Tan solo en la Ciudad de México fueron hechas 1,850 denuncias de maltrato animal en 2019.

El maltrato animal es un foco rojo para la sociedad en la que sucede, no solamente por el comportamiento agresivo que implica hacia un ser vivo, sino por el ejemplo que se da cotidianamente. Todos los seres vivos son importantes y merecen gozar del derecho de una vida digna y tranquila.

El 7 de mayo de 1972, Ed Kemper cometió dos de sus múltiples homicidios: Mary Ann Pesce y Anita Luchessa fueron violadas y posteriormente asesinadas. Anteriormente, en 1963, el psicólogo John Marshall MacDonald publicó el artículo “The Threat to Kill”, en el que planteó la teoría que se conoce como Tríada de la Psicopatía. Ahí propone que existen tres comportamientos durante la infancia que pueden predecir y se asocian con la violencia y la criminalidad durante la vida adulta; 1) Enuresis: orinarse involuntariamente durante el sueño y después de alcanzar la edad para controlarlo, entre los 4 y los 6 años; 2) Piromanía: impulsos por provocar incendios pequeños o grandes; 3) Maltrato animal: obtener placer con el sufrimiento de animales, que puede incluso finalizar con la muerte del animal.

Desde una perspectiva criminológica, se estudia a los delincuentes para descubrir el origen, las causas, los factores o razones culturales, económicas y biológicas que generan tal comportamiento y las conductas antisociales, un punto clave cuando nos referimos a los componentes de aplicación del derecho humano a la seguridad pública, pues de acuerdo con el artículo 21 de la Constitución mexicana, estos son; 1) la prevención; 2) la investigación y; 3) la persecución de los delitos.

La criminología resulta fundamental para entender los tres componentes, pero cuando hablamos del maltrato animal durante la infancia como indicador o enlace de comportamientos violentos o criminales en la adultez, resalta más el de la prevención. El regular (poner reglas) y aplicar sanciones, combinadas con otros medios como la educación, la detección y la atención temprana puede servir como política para la prevención del delito. Lo que ven, viven y aprenden los niños puede ser definitorio.

En el caso de México, son varias las entidades federativas que ya cuentan con una regulación legal de protección y cuidado animal, sin embargo, estas leyes no se aplican en su totalidad. En compañía de la tradición positivista del derecho mexicano, en la que se considera que con el solo hecho de legislar el problema se soluciona, nos da como resultado una ineficacia normativa, que termina contribuyendo a la pérdida de confianza de la ciudadanía con su Estado.

Siguiendo el discurso no determinista, la detección temprana de comportamientos crueles hacia los animales, puede prevenir el delito pero también contribuye a las acciones de sanación para tratar de recomponer el tejido social, el cual se encuentra gravemente lastimado en nuestro país, por razones muy diversas como la corrupción, la falta de educación suficiente, la ausencia de retribuciones adecuadas al trabajo realizado, la protección de los derechos humanos fundamentales, la destrucción del entorno, etc.

Si bien no siempre el desplegar acciones violentas contra los animales significa o impone un destino criminal, este comportamiento sí significa un desarrollo psicosocial deficiente en los infantes, lo cual, como todo derecho humano, se relaciona con el derecho a un libre y sano desarrollo de la personalidad y con el principio del interés superior del menor, pudiendo ser uno de los cabos a atar para la atención integral de la seguridad pública y del desarrollo de la familia y de la infancia.

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