El lado positivo de la frustración

  • La frustración se puede definir como la emoción que surge cuando hay una representación de fracaso
  • En muchas ocasiones la experiencia de esta emoción es necesaria para el desarrollo de los seres humanos

Autor: Efraín Gayosso

Todas las personas en algún momento hemos sentido frustración. Las causas de la frustración son diversas, así como las situaciones en las que sentimos esta emoción. Después de esforzarnos mucho en resolver un problema matemático o comprender un texto complejo sin lograrlo, indudablemente sentiremos frustración ante nuestro fracaso para llevar a cabo estas tareas.

De igual modo nos sentiremos frustrados si nuestro celular se ha trabado y tenemos que enviar un mensaje urgente o si el Metro se ha retrasado y llevamos prisa. Aquí se pueden ver al menos dos tipos de situaciones en las que aparece la frustración: una en la que a pesar del esfuerzo realizado fallamos en consumar una tarea, y otra en las que sin importar lo que hagamos no podremos satisfacer lo planeado; ya sea enviar un mensaje o llegar a tiempo a nuestro destino. 

Pero ¿qué es la frustración? ¿Por qué la sentimos? Y ¿cuáles son las consecuencias si sentimos frustración? Las emociones típicamente se pueden definir a partir de cómo se representan los objetos. Por ejemplo, sentimos miedo cuando un objeto se representa como peligroso, o cuando un objeto es representado como agradable sentimos alegría. 

De esta manera, bajo esta concepción de las emociones, la frustración se puede definir como la emoción que surge cuando hay una representación de fracaso. Además, es importante mencionar que las emociones al representar objetos atraen la atención hacia aquello que representan y lo resaltan, es decir, otorgan importancia a los objetos representados.

Cabe resaltar que la simple representación de fracaso no es suficiente para decir que una persona siente frustración. Otras emociones pueden estar constituidas por la representación de fracaso tales como la decepción. De esta manera, además de la representación de fracaso, en la frustración también está involucrada la representación de esfuerzo. 

Así, la frustración es una emoción que está constituida por la representación de fracaso y de esfuerzo. Las personas sentimos frustración cuando después de haber hecho el esfuerzo para conseguir algo que consideramos importante, fallamos en conseguirlo; o también sentimos frustración cuando, sin importar el esfuerzo que hagamos, no podemos lograr lo que nos propusimos. 

Otra manera de decir lo anterior es que la frustración surge cuando no satisfacemos aquello que es importante para nosotros y para lo cual nos hemos esforzado.

La frustración, como todas las emociones, no se da de manera aislada. Está relacionada con otras emociones y otros estados afectivos. Además de la decepción, otras emociones que pueden estar relacionadas con la frustración son la ira, la desilusión, el sentimiento de fracaso y el desengaño. 

Otros estados afectivos estrechamente relacionados con la frustración son la ansiedad, el estrés y la depresión. Estos últimos estados si no son atendidos adecuadamente pueden desembocar en desordenes afectivos serios y en psicopatologías que necesiten atención profesional. 

Sin embargo, a pesar de que la frustración se puede considerar como una emoción negativa porque principalmente involucra a la representación de fracaso, sentirla de vez en cuando puede ser benéfico. A partir de la experiencia de la frustración se puede tener más cuidado en lo que se hace, y enfocar el esfuerzo en lo necesario para no fracasar tan fácilmente y, de esta manera, no volver a sentir frustración. 

También puede motivar a quien tiene esta experiencia emocional a concentrarse en lo importante para satisfacer lo que se propone, y evitar distraerse, en la medida de lo posible, en cosas menos importantes. 

Sentir de vez en cuando frustración puede propiciar a aceptar algunas cosas que están fuera de nuestro control, y aceptar que no podemos cambiarlas a pesar de que nos esforcemos. De esta manera, la experiencia de la frustración contribuye a aceptar los límites que tenemos como seres humanos, y aceptar estos limites puede contribuir a reducir el riesgo de experimentar desordenes afectivos o psicopatologías. 

Por lo anterior, se puede concluir que, a pesar de que la frustración nos hace sebtir mal y la pensamos como una emoción negativa, en muchas ocasiones la experiencia de esta emoción es necesaria para el desarrollo de los seres humanos.

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