La «Visión de los vencidos», un histórico ahora en macrotipo

  • Con la serie Parangona se atiende a un sector de la sociedad que, a partir de ahora, podrá disfrutar de lecturas como la Visión de los Vencidos en macrotipo
  • Entre las características de la edición se puede destacar el tamaño de fuente, que va de 18 a 20 puntos
  • Miguel León-Portilla padeció degeneración macular, por lo que habría apoyado este tipo de ediciones

Autor: Antonio Sierra García

Presagios funestos (Códice Florentino). Tomado de la edición macrotipo de Visión de los vencidos.

La UNAM publicó el primer número de la serie Parangona, con una edición macrotipo de su libro más vendido: Visión de los Vencidos. Relaciones indígenas de la Conquista, de Miguel León-Portilla. Esta serie ofrecerá títulos especialmente diseñados para que las personas de baja visión puedan disfrutar de una lectura cómoda y agradable, gracias al macrotipo con el cual están formados y al cuidado de su edición.

Con esta iniciativa, el Programa Editorial de la Dirección General de Divulgación de las Humanidades (DGDH) atiende a un sector de la sociedad que, a partir de ahora, podrá disfrutar de lecturas como la Visión de los Vencidos y otros títulos.

De acuerdo con el Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Informe Mundial sobre la visión de 2020, “en todo el mundo, por lo menos 2.200 millones de personas padecen deficiencia visual, y de ellas, por lo menos 1.000 millones tienen una deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado”. Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2020 reportó que en México hay 2 millones 237 mil personas con una deficiencia visual.

Miguel León-Portilla padeció degeneración macular por su avanzada edad. Foto: DGCS- Boletín UNAM-DGCS-107.

Erika Fernández, directora médica del Hospital de la Ceguera, destacó la importancia de La Visión de los Vencidos en este formato, pues “tendremos cada vez más gente mayor en el país debido a que la esperanza de vida aumentará, por lo que es crucial desarrollar materiales como este. Así que pensar en las personas con baja visión es fundamental”. Subrayó la valiosa iniciativa editorial: “En la UNAM pensaron en estas personas. El libro presenta una letra grande, y puedes leer de un 30% a un 100%”.

Durante la presentación de La Visión de los Vencidos, en el marco de la Fiesta del Libro y la Rosa, la especialista en oftalmología y alta especialidad en cirugía en catarata señaló que la única causa reversible conocida de ceguera es la catarata.

Manifestó que en nuestro país una de las causas irreversibles de baja visión o de ceguera es la diabetes. De igual manera dijo que la segunda causa es el glaucoma, “enfermedad en la que vamos perdiendo la visión de manera periférica”. En tercer lugar, comentó que la pérdida definitiva de visión “se da por degeneración macular relacionada a la edad; justo el Dr. Miguel León-Portilla, autor de Visión de los vencidos padeció esta enfermedad en sus últimos años.

Visión de los Vencidos se publicó por primera vez en 1959 bajo el sello de la Biblioteca del Estudiante Universitario (BEU). Desde su nacimiento se colocó como una de las ediciones representativas de la UNAM. Es un libro icónico de la historiografía mexicana que se ha traducido a más de 11 idiomas. También se encuentra en sistema braille y ésta es su edición número 30 en idiomas como inglés, francés, italiano, alemán, hebreo, polaco, sueco, húngaro, serbocroata, portugués, japonés, catalán, otomí, checo, esperanto, coreano, chino mandarín, náhuatl y rumano.

Presagios funestos (Códice Florentino). Tomado de la edición macrotipo de Visión de los vencidos.

José Emilio Pacheco, quien fuera director de la BEU, consideró la obra como un verdadero suceso editorial: “Miguel León-Portilla tuvo el incomparable acierto de organizar textos traducidos del náhuatl por Ángel María Garibay, para darnos la Visión de los vencidos: la imagen que los indios de Tenochtitlan, Tlatelolco, Tetzcoco, Chalco y Tlaxcala se formaron acerca de su lucha contra los conquistadores y la ruina final del mundo mexica”.

El Programa Editorial de Divulgación de las Humanidades diseñó el formato macrotipo para lectura accesible. Entre sus características materiales se puede destacar el tamaño de fuente, que va de 18 a 20 puntos. El libro no está justificado pues todas las líneas están cargadas hacia la izquierda, y eso hace que no tenga cortes de palabras, ni los llamados callejones o ríos. Otra característica no hay cursivas pues estas se sustituyen con negritas. Se buscó el contraste entre la tipografía y el blanco de la página. “Tratamos que cada carácter fuera lo más visible posible”, apuntó Mauricio Salvador, jefe del Departamento de Publicaciones.

El texto está dirigido a personas con debilidad visual y a lectores mayores que quieren seguir leyendo, pues a veces por problemas de visión no cuentan con suficientes materiales para la lectura.

Salvador dijo que “es reciente la aparición de ediciones en macrotipo entre los estudiantes de primaria. Recordó que en 2004 se editaron los primeros ejemplares que recibieron los alumnos de estos grados en México. Desde entonces ha ido creciendo año con año el número de libros que se han entregado en la Secretaría de Educación Pública (SEP). Los esfuerzos en macrotipo han sido muy lentos. Apenas en 2018 se tuvo un padrón de los alumnos y estudiantes que necesitaban libros en braille y en macrotipo”.

Fragmento de la introducción de Visión de los vencidos, edición macrotipo.

Por su parte, Juan Carlos Torres López, experto en literatura náhuatl, quien colaboró con el maestro León-Portilla, dijo en su participación durante la presentación: “Cuando trabajé con él, lo disfruté mucho, aprendí demasiado. Estoy agradecido por la edición de la Visión de los vencidos con esta tipografía”. De acuerdo con el profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), “la obra del doctor Miguel León-Portilla se caracteriza por darle voz a los que no pudieron hablar, a las minorías”.

Además recordó que el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH), escribía para todos, para los académicos, para la gente que quería enterarse y no se podía dedicar de lleno a la investigación. Hacía trabajo de divulgación y en sus libros podemos encontrar información que ayuda al estudiante, al neófito que se dedica al estudio del mundo indígena, pero también al investigador especializado”.

En relación con la baja visión, Torres López recordó que el historiador tenía degeneración macular. “Una de las principales actividades que realizaba con él era la lectura de texto y escribía lo que él me dictaba. Yo recuerdo que comenzaba a trabajar desde temprano; cuando yo llegaba a su estudio ya tenía algunas hojas. Las imprimía en una tipografía tamaño carta. La letra debería de ser como de unos 40 ó 50 puntos porque solo cabían 8 renglones por hoja y aún así bajaba la lupa que tenía en su escritorio o acercaba otra que tenía de mano. Hacía correcciones, a veces corregía tanto que era un poco difícil entender. Le costaba trabajo ver al momento de escribir. Si bien para muchos tal vez esto nos hubiera detenido en nuestras carreras, para el doctor no. Él padeció de esto y trabajaba de manera incansable. El doctor hubiera apoyado este tipo de ediciones”.

Para el discípulo de León-Portilla es simbólico que Visión de los vencidos sea el primer libro que se edita con este formato y recordó una frase del historiador: “No le tenga miedo a lo que está escrito. Yo soy de la idea de que aquello que haya escrito algún ser humano siempre habrá otro ser humano que pueda entenderlo”.

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