Las independencias de América y su impacto en la actualidad

  • Las independencias son un momento fundacional de la historia y de la historiografía nacionales, no en vano es el principal proveedor de héroes, figuras, momentos, episodios e imágenes del panteón patriótico de los Estados-nación hispanoamericanos
  • Las independencias en el continente americano implicaron la desintegración de los imperios europeos trasatlánticos, desde el último tercio del siglo XVIII, hasta el primer tercio del siglo XIX
  • Fue un proceso complejo en América donde podrían haberse desintegrado los imperios sin surgir los Estados-nación

Autor: Itzá Eudave Eusebio

Hablar de las independencias de América es una oportunidad de revisar y analizar los sentidos, así como los diversos significados de uno de los procesos históricos más importantes en diversos territorios en los que se comparte una historia y una lengua común a partir de la conquista y colonización. La independencia en un suceso “tomado como un momento fundacional de la historia y de la historiografía nacional, no en vano es el principal proveedor de héroes, figuras, momentos, episodios e imágenes de lo que se puede llamar el panteón patriótico de todos los Estados-nación hispanoamericanos. Por estas razones, en general, es la etapa más historiada y difundida de las historias nacionales”, señaló Rodrigo Moreno Gutiérrez, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH).

En ese sentido, repensar sobre las independencias de América “significa hablar de un movimiento continental no concertado, condicionado por un contexto amplio y global, en conjunto con la política atlántica y las determinaciones que marcan todo un período revolucionario, iniciando con la independencia de lo que hoy es Estados Unidos en 1776, luego la independencia de Haití en 1804, y después sobreviene el movimiento continental que abarca a toda América del sur y la septentrional”, explicó a su vez Ana Carolina Ibarra, también investigadora del IIH.

Hay que señalar que los procesos de independencia “no son exclusivos de esta ola que nosotros conocemos a partir de 1810 a 1825 abarcando el continente hasta el sur, es una primera ola, ya que al final del siglo viene la independencia de Cuba, y en medio la de República Dominicana, de manera que es casi un siglo de luchas independentistas. Luego también habrá independencias en la posguerra y por la descolonización en las Antillas”, agregó la investigadora universitaria.

Las independencias en el continente americano implicaron “la desintegración de los imperios europeos trasatlánticos, desde el último tercio del siglo XVIII, hasta el primer tercio del siglo XIX, un proceso largo en el que se observa la desincorporación de estas estructuras de poder centradas en las grandes monarquías europeas que habían consolidado sus dominios en el continente americano, esto deja de existir. Es una honda transformación en las estructuras de poder”, dijo Moreno Gutiérrez, señalando además que lo anterior, tiene que ver con los imperios británico, francés, portugués y español, ninguno de los cuales sobrevivió a la llamada era de las revoluciones.

Asimismo, estas luchas por la independencia son predeterminadas por un acontecimiento conocido como el “bienio crucial”, dos años antes de 1810, ya que los sucesos previos van a incidir en las formas en que se produzcan las posteriores revoluciones o levantamientos, “en el caso de Nueva España, este vacío de poder y búsqueda de la soberanía o de la autonomía, según la interpretación que se haga, implicó que los movimientos de las juntas del Ayuntamiento terminaran mal, con el encarcelamiento y la muerte de algunos de su protagonistas, todo ello a raíz de un golpe de un grupo de comerciantes peninsulares que imponen a los militares y al virrey Garibay” explicó Ana Carolina Ibarra.

La represión misma determina que después haya una insurrección de carácter violento por el tipo de represión y malestar, “siendo la forma en que se inconforman fundamentalmente los criollos, pero asociados con otros grupos sociales. En Nueva España tiene como protagonista al cura Miguel Hidalgo y Costilla, teólogo de las diócesis de Michoacán, impulsado por Ignacio Allende como una pieza clave que podía encabezar esta lucha. Es una gran insurrección con masas de 100 mil personas, con familias, mujeres, niños, gente de todo tipo, algo inusual en el contexto hispanoamericano ya que es un levantamiento popular de largo alcance de carácter insurreccional” agregó la también profesora en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

Un punto importante para destacar es que, a raíz de las independencias, “en este mismo tiempo, surgen los Estados-nación, un proceso complejo en América donde podrían haberse desintegrado los imperios sin surgir los Estados-nación, los cuales surgieron a partir de ahí en otras partes del continente, del mundo occidental, y después en Asia y África”, abundó Moreno Gutiérrez, que de acuerdo con su explicación, las independencias en el territorio americano implicaron el vínculo de dos procesos históricos con una multitud de experiencias, “por un lado, experiencias políticas que tienen que ver con la discusión, el ensayo y la construcción de un nuevo orden. Pero también estas luchas, implicaron un conjunto de experiencias socioculturales que pasan por el uso y padecimiento de inéditas e intensas formas de violencia política”.

Por lo tanto, lo que encontramos en ese tiempo es una transformación de los referentes de organización, de las maneras de entender y hacer la política, una transformación de las fronteras, de las jurisdicciones, de las monedas, del tipo de impuestos, del comercio, los flujos migratorios, todo cambio.

Al reflexionar sobre si realmente somos independientes, Rodrigo Moreno Gutiérrez comentó que, con la revisión minuciosa de la historia, “se puede afirmar que nunca hubo y nunca habrá una independencia absoluta, que toda independencia es relativa y forma parte de un entramado de vínculos y relaciones de muy diverso tipo, como políticas, comerciales o bancarias”.

En ese sentido, al pensar en el impacto de las independencias en la actualidad debemos tener presente que de estas luchas se “conformaron los Estados-nación actuales, que significan la base actual del sistema global de relaciones, de equilibrios y desequilibrios de poder. Las identidades, los relatos, los rituales, las formas de inclusión, pero también de exclusión, la pretendida igualdad, pero a la vez las consecuentes desigualdades, las concepciones de la soberanía y buena parte de los conflictos de la actualidad, se entienden en este mundo de Estados-nación independientes. Actualmente, la idea de independencia en cada territorio y contexto sigue siendo un aspecto controversial que habilita parte de la discusión política y que nos obliga a pensarla como un proceso abierto y de ningún modo definido” explicó el académico universitario.

La independencia en México inicia simbólicamente en 1810 un proceso que concluye formalmente con la separación definitiva en 1821, con el desafío de construir una nación sobre bases muy difíciles. “Dicho proceso no ha sido comprendido en su profundidad, entonces le achacamos una serie de frustraciones un poco injustas, ya que hay que mirar que hay otros procesos en Europa o en el mundo, las sociedades se plantean distintas revoluciones en el siglo XIX. Hoy día podemos repensar qué pasó con las consignas de igualdad, fraternidad, justicia y libertad, sobre las cuales nos hemos ilusionado en las sociedades hasta la actualidad, tenemos que seguir luchando por esos ideales, es una lucha que no ha concluido”, remató Ana Carolina Ibarra.

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