- Una recesión económica empieza con procesos complementarios como el incremento de la inflación, menor consumo y la profundización de la caída del PIB
- En lo cotidiano una recesión económica impacta en la falta de empleo y la generación de incertidumbre
- Aunque en nuestro país no habrá un impacto de recesión como la que se esperaba, si afectará a la inflación y en la variación de precios al consumidor
Autor: Itzá Eudave Eusebio

Para identificar que una economía no está funcionando podemos observar la variación de precios en diversos productos, en el acceso y cobertura de los bienes y servicios necesarios para la vida.
En ese sentido, “los ciclos económicos se miden a partir de un indicador que es el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB), el cual mide la producción de bienes y servicios de un país. Esta medición se establece año con año a partir de las variaciones y las tasas de crecimiento”.
“Estos ciclos económicos se han venido estudiando, esperando que la tendencia sea de crecimiento, pero cuando hay una desaceleración en ese crecimiento se habla de que hay una contracción de la economía, si ésta dura tres trimestres, como se mide en el caso mexicano por el INEGI, entonces estamos entrando a un proceso de recesión”, explicó en entrevista Berenice Ramírez López, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc).

Cuando se presenta una recesión económica “empiezan procesos complementarios como el incremento de la inflación, con ello, hay un menor consumo, lo que profundiza a su vez la caída del PIB. Con el aumento de la inflación hay un alza en las tasas de interés, entonces las personas además de que no tienen empleo, o que el ingreso ya no les alcanza porque está subiendo la inflación, sus deudas se van incrementado. Entonces tienen que distraer una parte de su ingreso mayor al pago de sus deudas. Asimismo, las empresas al no poder contratar más personas porque no están vendiendo, están acumulando inventarios, y algunas de ellas se ven incluso en la necesidad de cerrar. Entonces se incrementa el problema de falta de empleo y los despidos. Se encarece el crédito, sube la inflación y cae la economía en términos generales”, señaló por su parte Ernesto Bravo Benítez, también investigador del IIEc.
A medida que se viene estudiando el comportamiento de los ciclos económicos, se han introducido otras variables como el nivel del empleo o el nivel salarial, que sirven para explicar si estamos en una contracción o en una recesión. “Cuando esta recesión rebasa una caída del 10 por ciento, dura más de un año o dos años entonces estamos hablando de una depresión. Después de una recesión se da una recuperación y expansión hasta que vuelva a presentar nuevamente otra recesión, así es como ha venido funcionando este sistema capitalista”, agregó Berenice Ramírez López.
De acuerdo con la investigadora universitaria, el actual contexto económico que se vive en el mundo se debe a que “veníamos de un proceso de desaceleración del crecimiento de la economía mundial en 2018; luego nos encontramos con la llegada del virus del COVID-19, por lo que esta pandemia desarticuló las cadenas productivas a nivel global porque algunos países pararon antes que otros, algunos pararon totalmente y otros dejaron algunas actividades, lo cual provocó una falta de sincronía en las cadenas de producción”. Además, hay que sumar el efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania “que ha provocado el aumento en los precios de los energéticos y que arrastra un proceso inflacionario”.

Es un momento difícil porque a raíz de los problemas logísticos que la economía mundial sufrió en 2022 “se generaron problemas inflacionarios, junto con la inestabilidad que crearon los conflictos bélicos, configurando un escenario recesivo. El problema con todo esto es que el ciclo industrial de Estados Unidos determina al ciclo económico mexicano. Hay dos ciclos que determinan la economía en México, uno es el ciclo político sexenal de carácter interno, y el otro es el ciclo industrial de Estados Unidos, por lo que cuando ellos tienen problemas de carácter recesivo, esto nos afecta”, explicó Ernesto Bravo Benítez.
A pesar de las proyecciones negativas para la economía mundial, “la consigna de la recesión que emite el Banco Mundial se ha venido matizando debido al comportamiento de algunas economías, entre ellas la mexicana, que ha tenido un buen manejo macroeconómico, por lo que el país no entrará en un proceso recesivo, aunque quizá haya una disminución del crecimiento por todos estos elementos” señaló Berenice Ramírez. En el mismo sentido, Ernesto Bravo, dijo que en nuestro país el impacto no será tan duro “debido a que ha habido inversión extranjera directa sin precedentes, entonces se está complementando con esta inversión de carácter externo, eso ahuyenta al fantasma de la recesión. Además, la forma en que se gestionó la crisis por COVID-19 en 2020 y 2021, se contuvo el endeudamiento público interno y externo, lo cual nos dejó mejor posicionados en relación con otras economías”.

En lo cotidiano, una recesión económica impacta en la falta de empleo y genera incertidumbre, porque el problema es que no se sabe si se podrá salir fácilmente de una recesión, o incluso si podemos caer en depresión. “Entonces el impacto directo es que no hay empleo por falta de crecimiento. Las personas tienen problemas para pagar sus hipotecas, para pagar mensualidades de un carro por ejemplo, el pago de colegiaturas, doctores, medicinas, entonces se va complicado el mantenimiento del costo de la vida, de los compromisos financieros previos”.
De esta forma, “las personas, al verse sin trabajo con más deudas, se incrementan los problemas físicos, están irritables, caen en depresión, algunos se enferman; y otros toman decisiones incluso de migrar ante la falta de trabajo”, dijo Ernesto Bravo Benítez.
Explicó que un escenario de inflación genera un contexto en el que las personas deben pagar más por una serie de bienes y servicios que no pueden postergar su consumo, no pueden dejar de alimentarse o dejar de utilizar servicios como la luz, agua, gas, el teléfono. “La afectación en escenarios con una recesión económica impacta de manera directa el nivel de vida, sobre todo de las clases bajas o de quienes tienen los ingresos más bajos”.

Aunque en nuestro país no habrá un impacto de recesión como la que se esperaba, sí afectará a la inflación y a la variación de precios al consumidor. Por lo que de acuerdo con Berenice Ramírez, “es la hora de los consumidores, en el sentido de que debemos tener mayor cuidado de qué y en dónde compramos. Como consumidora te das cuenta de estas diferencias, si vas a un centro comercial u otro; lo mismo en el caso de las gasolinas; o saber que no están permitidos los aumentos en pagos de telefonía”. Al comprar algo “a veces nos vamos más por la marca que por el contenido de la calidad de un producto, eso como consumidores nos toca tener mayor atención. Por ejemplo, siguen teniendo mejor precios los mercados públicos y tiendas que hacen abasto por mayoreo, que los centros comerciales en los que por comodidad se acude a ellos”.
Además de las anteriores medidas para el cuidado de la economía, Ernesto Bravo Benítez, recomendó ser muy cautos con los gastos, “buscar que el ingreso extraordinario que pueda llegar, si es el caso, se destine al pago de las deudas. Porque el problema aquí es el aumento en las tasas de interés que encarece el financiamiento, y obliga a que del escaso ingreso se destine un porcentaje mayor al pago de estas deudas. Hay que prescindir de gastos innecesarios, tratar de ir al día con el pago de los servicios básicos para que no los penalicen con recargos. No caer en compras compulsivas, remates o ventas de bienes que no son necesarios, posponer ese tipo de gastos”.
