César Franck: la sinfonía poética a voces

  • Con este espectacular concierto la Casa de las Humanidades reabrió sus puertas después de más de dos años de permanecer cerrada por la pandemia de COVID-19
  • La presentación de los Solistas Ensamble de Bellas Artes y el director Christian Gohmer ofrecieron una muestra del alucinante lenguaje musical del compositor belga
  • Los oratorios para voces solistas de César Franck destacan por ser obras maestras de la música religiosa

Autor: Yuliana Castillo

Fotos cortesía de la Casa de las Humanidades.

Las voces que inspiran a lo sacro, la melodía imponente del órgano y la poesía narrada en cada movimiento de la sinfonía, así podemos intuir que se vivían los conciertos de César Franck en la Basílica de Sainte Clotilde, en Francia, a finales del siglo XIX. Algo similar ocurrió la noche del viernes 8 de abril en la Casa de las Humanidades, un evento más mundano, dirigido por Christian Gohmer, interpretado por los Solistas Ensamble de Bellas Artes y el acompañamiento melódico del pianista Erick Fernández, pero de escalas igual de espléndidas hicieron vibrar cada poro de la piel.

Con este espectacular concierto la Casa de las Humanidades reabrió sus puertas después de más de dos años de cerrar su espacio al público por la pandemia de COVID-19, y se unió a la conmemoración del natalicio del músico belga.

César Franck (1822 – 1890), fue una figura excepcional de la música clásica del Romanticismo. Su carrera artística inició desde temprana edad, no obstante, su etapa más fructífera y en la que obtuvo un mayor reconocimiento fue cuando ya era un hombre maduro.

Su estancia permanente en Francia le concedió la ciudadanía y diversos trabajos de organista en distintas iglesias como Saint Jean Saint François du Marais, donde llegó por primera vez en 1853 y en la cual pudo desarrollar sus habilidades para la improvisación. A partir de 1874 ingresó al Conservatorio de París donde fue profesor y compuso sus mejores sinfonías.

El dramatismo de su vida —una infancia estricta impuesta por su padre y un matrimonio que vio los frutos de la prohibición y después de la infidelidad—, estuvo estrechamente relacionada con su experiencia compositiva. Durante el desarrollo del Romanticismo surgió la “sinfonía poética” a mediados del siglo XIX, un género musical que se enfocó en la composición y evocación de situaciones, paisajes, estados de ánimo, caracteres de personajes, hilos narrativos y tensiones dramáticas.

Sus creencias religiosas y la inspiración en pasajes bíblicos fueron la fuente de creación para el compositor en diversas piezas donde logra una narrativa de la historia de Dios y de la humanidad. Sin embargo, César Frank se inspiró en otras fuentes literarias para componer sinfonías como la obra de Victor Hugo y poemas de la mitología clásica como Psiquis Eros. Su flexibilidad en la composición musical le permitió crear piezas más ligadas a la cantata y al oratorio que a la ópera.

Fotos cortesía de la Casa de las Humanidades.

El delirante lenguaje musical de César Franck representado en su improvisación y majestuosidad como organista, la poética de su sinfonía (adulado por su composición cíclica) y la posibilidad de interpretar sus piezas a través del canto le brindaron el respeto de muchos de sus contemporáneos.

La presentación de los Solistas Ensamble de Bellas Artes respetó la inspiración poética de César Franck por medio de sus espléndidas voces y por la declamación de un estracto poético que echó luz en cada pieza interpretativa que ejecutaron.

Este ejercicio literario ayudó a que el público asistente comprendiera cuál era el hilo narrativo de cada pieza. Así, por ejemplo, entendieron que la composición de Ave María (1863) era algo inusual en la época porque fue creada para interpretarse en dueto.

Fotos cortesía de la Casa de las Humanidades.

En la Casa de las Humanidades se mezcló “el canto de los hombres y las flores” al momento de que el grupo de solistas interpretará con voz dramática La procession (1888). El repertorio mostró la diversidad creativa del compositor belga de abrazar los temas religiosos y los problemas mundanos: la muerte como destino (Roses et papillions 1872), la dramatización del amor representado en la simbología de las rosas (Le mariage des roses 1871) y el misterio temible y hermoso de la noche (Nocturne 1884).

Fotos cortesía de la Casa de las Humanidades.

Los oratorios para voces solistas de César Franck destacan por ser obras maestras de la música religiosa al unir una “composición humanizada de la partitura”, el bello lenguaje de la poesía y el profundo sentimiento religioso que podía desplegar el canto. Sin duda, la presentación de música vocal de los Solistas Ensamble de Bellas Artes y el director Christian Gohmer dieron una muestra del alucinante lenguaje musical al que le dio sentido el compositor belga.

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