“Reinas de la destrucción”: un desafío de género que data cien años atrás

  • Por primera vez se proyecta en la Ciudad de México Cinema’s First Nasty Women en el marco de la exposición 10 en Humanidades
  • Se exhibieron películas cómicas mudas, europeas y estadounidenses, realizadas por mujeres entre 1898 y 1926
  • El proyecto demuestra que en la era del cine mudo no todo fue hecho por hombres y que las mujeres tomaron un papel relevante como protagonistas y heroínas
Fotograma de Le bateau de Léontine (El barco de Léontine) de 1911, realizada y protagonizada por la francesa Léontine.

Autor: Octavio Olvera.

De la producción cinematográfica entre la última década del siglo XIX y las tres primeras del XX, sobrevive sólo el 2% de cintas, aseveró José María Serralde Ruiz, pianista mexicano de cine mudo, investigador y artista transdisciplinario, quien musicalizó la función de cine silente “Reinas de la destrucción”, exhibida por primera vez en la Ciudad de México (CDMX), en el marco de la exposición 10 en Humanidades.

Previo a la proyección, Serralde Ruiz dio una charla sobre la naturaleza del cine mudo, la dificultad para preservar el material fílmico y la importancia de rescatarlo. Se trata de cintas de nitrato muy sensibles al paso del tiempo, que las transforma en polvo sin los cuidados adecuados; además de que son combustibles y explosivas. Por tales motivos permanece muy poco material cinematográfico de aquella época en nuestros días, señaló el pianista.

Un ejército de humanistas al rescate

En el Auditorio Dr. Jorge Flores Valdés de Universum, Museo de las Ciencias, el experto explicó cómo un “ejército de humanistas” interactuó para rescatar este material fílmico. “Lo primero que se tiene que hacer es ponerlo en el radar, encontrar en los diarios, hallar en los rastros de la historia que hubo un cine, que existió una película”. 

Posterior, “otro ejército de humanistas” buscó el material cinematográfico en los desvanes, en colecciones particulares, en bibliotecas, para después conservarlo en una cinemateca. La participación de los químicos aquí es muy importante. “Ellos nos enseñan a estabilizar la cinta y restaurarla. Después se requiere de humanistas que se dedican al estudio de la imagen para que expliquen cuál era la forma de hacer imágenes en fotografía en esa época”, añadió Serralde Ruiz. 

«De la producción cinematográfica entre la última década del siglo XIX y las tres primeras del XX, sobrevive sólo el 2% de cintas»:
José María Serralde Ruiz. Foto: Octavio Olvera.

Mujeres desagradables

El proceso que narró el músico continúa en el copiado de las películas en cintas proyectables y su posterior digitalización. Esta fase final permitió que por primera vez se pueda exhibir de manera digital en la Ciudad de México (CDMX), el proyecto Cinema’s First Nasty Women (Las primeras mujeres desagradables del cine), como parte del programa paralelo a 10 en Humanidades.

Las historiadoras del cine Maggie Hennefeld, de la Universidad de Minessota, Laura Horak, de la Universidad de Carlleton, Canadá, y la curadora de Países Bajos Elif Rongen-Kaynakçi, encabezaron el proyecto. Hasta el momento rescataron y curaron 99 películas cómicas mudas, europeas y estadounidenses, realizadas por mujeres entre 1898 y 1926, halladas en archivos y bibliotecas de todo el mundo. Las 99 obras se encuentran disponibles en una colección de 4 discos Blue-Ray.

Cinema’s First Nasty Women demuestra que en la era del cine mudo no todo fue hecho por hombres y que las mujeres tomaron un papel relevante como protagonistas y heroínas. Pero también representan una protesta feminista, la destrucción del orden de aquel tiempo y el reto de un protagonismo femenino insospechado, en contraposición con el de los cómicos clásicos de entonces. En suma: un desafío de género que data cien años atrás.

El efecto Trump

No es casualidad que el término nasty women (mujer desagradable) fue tomado por sus directoras para nombrar el proyecto. Lo usaron para sumarse al grito de guerra que desató Donald Trump entre las mujeres al denominar así a Hillary Clinton durante un debate en 2016. Las protagonistas de estas historias son desagradables, desatan el caos, dan guerra, como lo hizo Hillary con Trump.

Fotograma de La grève des bonnes (La huelga de las criadas) Francia, 1906.

El primer cortometraje exhibido en la función preparada para Universum es un claro ejemplo de ello. Le bateau de Léontine (El barco de Léontine) de 1911, realizada y protagonizada por Léontine, comediante francesa, es la historia de una niña terrible que quiere navegar su barco e inunda la cocina para que flote, provocando un caos irremediable en el inmueble y la vida de los vecinos que tienen sus departamentos abajo. La cinta es más que graciosa y causó la hilaridad del público. 

En ese tenor fueron las demás historias. Cuentos de y sobre mujeres que organizan fugas en veloces bicicletas utilizando a un par de presuntos galanes; nanas estallando un movimiento laboral que provoca marchas de niños, chicas que hornean postres incomestibles, todo con el lenguaje fílmico de ese momento, muy bien empleado para causar una atmósfera absurda y la irremediable risa del público.

Visión innovadora

Charles Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloyd, Fritz Lang son algunos de los nombres que en primera instancia aparecen en nuestra memoria cuando entramos en el contexto de cine mudo. En opinión de José María Serralde esto ha cambiado a partir de este trabajo hecho por el ejército de investigadoras que colaboran en el proyecto Cinema’s First Nasty Women.

“Los humanistas del pasado no consideraron que la mayoría de realizadores que llevaban a la pantalla eran hombres. Con una visión innovadora, un conjunto de restauradoras y humanistas lo vinieron a solucionar de una manera aguerrida, explosiva y feminista”, añadió el artista.

Fueron las propias directoras del proyecto quienes seleccionaron cerca de una docena de filmes del primer disco para presentarlas en Universum, con una duración aproximada de una hora. Serralde Ruiz destacó que varias piezas con las que se musicalizan algunas de esas películas fueron compuestas por jóvenes mexicanas. 

“Es algo que hay que celebrar porque el último eslabón de esta cadena de humanismo es una nueva disciplina que engloba a un conjunto de desequilibrados y desequilibradas que hemos decidido focalizar nuestros estudios en la música de principios de siglo XX y su relación con el entonces naciente arte del cine”, remató el maestro Serralde Ruiz.

El público disfrutó de «Reinas de la destrucción». Foto: Octavio Olvera.

Al término de la función el público pudo apreciar la exposición 10 en Humanidades con guías especializados. Los curadores y expertos en educación, género, antropología y arte, dieron una explicación pormenorizada de diez de los beneficios que las ciencias sociales y las humanidades ofrecen a la sociedad.

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